El
consumo de drogas, legales e ilegales, constituyen un grave problema en la
actual Argentina. Los jóvenes suelen comenzar a consumir estupefacientes cada
vez a más temprana edad, dañando su presente y su futuro. Por lo que podemos
observar no es un problema de clases sociales. Se puede ver en todos los
estratos. Algunos consumen paco y marihuana, otros éxtasis y cocaína. Las
variedades son infinitas, pero el resultado es el mismo. Degradación tanto en
la salud física, psíquica como social.
El
problema radica en la educación. No podemos esperar que el actual gobierno tome
cartas en el asunto. Básicamente porque no es un problema para ellos. Ellos
prefieren a los jóvenes tal cual están actualmente: inactivos, egoístas, títeres
del sistema, totalmente manejables y desligados de todo valor social. El
narcotráfico es parte del sistema, y los jóvenes son su negocio.
Está en
la familia la tarea de encaminar a sus hijos y darles una educación
concientizadora para no caer en este flagelo. Hoy en día vivimos en una
sociedad de consumo masivo, donde los jóvenes a muy temprana edad tienen acceso
a
Internet, redes sociales y todo tipo de nuevas tecnologías. El diálogo con
sus padres decrece, y se aíslan cada vez más de los valores tradicionales. De
ésta manera están más indefensos frente a la realidad actual.
Es tarea
de nosotros mismos educar a nuestros hijos. Una vez que caen en el consumo es
muy difícil alejarlos de él. Siempre es mejor prevenir que curar. Es nuestra
responsabilidad dar una buena base a nuestros jóvenes para que se forjen como
ciudadanos dignos de nuestra amada patria. De nosotros depende.
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