jueves, 12 de septiembre de 2013

La Mujer: Trabajo, matrimonio y procreación.

“La mujer es por naturaleza y destino compañera del hombre. Ello implica que los dos no son solamente compañeros para toda la vida, sino compañeros de trabajo también. De la misma manera que a lo largo de milenios, la evolución económica ha transformado el campo de trabajo del hombre, ha transformado también el de la mujer.
 
Y aún más imperioso que el trabajo en común, es el deber del hombre y de la mujer de perpetuar el género humano. La nobleza de esta misión de ambos sexos explica los dones naturales específicos que la Providencia, en su sabiduría eterna, ha dispensado invariablemente al hombre y a la mujer. Nuestra más elevada tarea por tanto, residirá en facilitar a los dos compañeros, unidos para toda la vida, la posibilidad de fundar una familia. Su destrucción definitiva equivaldría a la supresión de toda la humanidad.


Sin dejar de concederle a la mujer un vasto campo de actividad, no se deberá perder nunca de vista que el fin último de una verdadera evolución orgánica y lógica es la formación de una familia. La familia es la unidad más pequeña pero también la más importante de toda la estructura del Estado. El trabajo honra a la mujer tanto como al hombre. Pero el hijo ennoblece a la madre”.

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